Al medio día del 13 de Mayo de 1917, en la pequeña Cova de Iria, en Portugal; tres inocentes niños pastores fueron merecedores de la gracia de ver a la Santísima Virgen María. Estos niños estaban alejados del mundo exterior, se encontraban en plena guerra y no sabían que sucedía en los otros países. Hoy en día la Santísima Virgen de Fátima es una de las advocaciones marianas más conocidas en todo el mundo. El rezo del Santo Rosario aumentó gracias a la aparición de la Reina de los cielos en Fátima. Y es que fue ella misma quien dijó a los Beatos Francisco y Jacinta y a la Venerable Sierva de Dios Sor Lucía: "Rezad el Santo Rosario diariamente, para lograr la paz del mundo". Este mensaje maternal hace eco aún en los corazones piadosos que desean agradar en todo a la Madre de Dios. Nuestra Madre Bendita reveló tres secretos en Fátima, y profetizó terribles cosas para la humanidad, para la Iglesia y para el Papado. Expresó la Soberana Señora su santo deseo de que todos los paises del mundo fueran consagrados a su Inmaculado Corazón, especialmente Rusia, porque si no esparciría sus errores por todo el mundo. Pero cabe recordar que esa consagración aún no se ha hecho en totalidad. Pues las veces que los Sumos Pontifices han consagrado al mundo a la Virgen, no han estado presentes todos los obispos del mundo en la Plaza de San Pedro; además Rusia esparció sus errores por el mundo (el comunismo). Cumplamos con lo que nos pide la Santísima Virgen de las Virgenes, recemos diariamente el Santo Rosario, hoy si es posible recemos la corona completa (gozosos, dolorosos y gloriosos), y roguemos a Dios Nuestro Señor para que el mundo sea consagrado al Inmaculado Corazón de María, y se cumpla la promesa esperanzadora de la Reina de los Angeles:
"AL FINAL MI INMACULADO CORAZÓN TRIUNFARÁ"
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